19 feb 2008

Solterías, soledades, ideales y vacíos

Hoy, caminando por la calle cualquiera, en espera de un encuentro casual que sabía no iba a acontecer, sentí otra vez esa maldita y nunca bienvenida sensación de vacío que me invade (bueno, que creo que a todos nos invade) a momentos. No fue algo grave ni alarmante; supe desde siempre que era algo pasajero, sin embargo, no pudo de jar de perturbar mi pacífico estado anímico intra-vacaciones. Entonces comencé a pensar acerca de la necesidad humana de saberse en pareja, o en trío, o de ahí para adelante, pero finalmente en compañía y complemento con un otro. Y creo que, por mucho que esté disfrutando mi soledad, entendida en el mejor de los términos, ya hay algo en mí que empieza a inquietarse y a exigir una atención y una dedicación particular que provenga de un ser muy, pero muy especial. Y ahí aparece entonces una nueva reflexión: ¡qué manía la de muchos de nosotros de aspirar siempre a un ideal! Recuerdo ahora a una personita que conocí el año pasado, que decía que eso era un error, que no había que esperar ese modelo de cosas que teníamos en la cabeza, porque nunca llegaban. No sé si tenga razón, pero al menos creo que podría cambiarse el concepto de la perfección anhelada, por algo "potencialmente ideal", o sea, que tenga ciertas carcaterísticas con las que uno diga: "ok, muy bien, este sujeto tiene la materia prima requerida para comenzar a amoldar . Vamos a ver qué pasa"...No, no, no, olvídenlo. Eso es peor aún, eso de pensar que tú vas a ser la persona que cambie a alguien para que sea lo más parecido a tu pinta, suena del terror. Entonces qué... entonces, tal vez sólo hay que abrise a las posibilidades, parar las antenas: con fe pero sin ansiedad; con deseo pero sin desesperación; con paciencia pero sin patrones... ¿será que puede resultar?

1 comentario:

Mariana dijo...

AMIGA!!!! ya puse un link e mi blog a tu blog para que los 4 gatos que leen mi blog se enganchen con tu talento literario...

besos miles...sigue escribiendo!