Terminé hace un par de días de leer una novela interesante, bien escrita, cautivante, filosófica y todo lo que se quiera, pero principalmente, una novela BELLA. Hablo de "La insoportable levedad del ser", de Milan Kundera. El libro llegó a mis manos, digamos que por una casualidad. O sea, imagino que me la regalaron a propósito, pero no era precisamente obvio que me topara con aquella persona que me lo obsequió.
Ahora leo un libro de Paul Auster y uno de sus personajes dice que las coincidencias no existen; que todos los acontecimientos responden a fuerzas producidas por las descargas eléctricas generadas en el mundo. Que hasta los pensamientos emiten cargas eléctrica y que si éstos son lo suficiemtemente fuertes, pueden cambiar el mundo que nos rodea.
En fin, opiniones hay muchas y yo tiendo a tomarlas en cuenta de acuerdo a mi conveniencia en las diversas etapas de mi vida. No sé si algún día logre dejar de ser tan vulnerable...jaja. Por hoy, o quizás por éste solo momento, y en honor a la belleza que contiene,me quedo con este trozo de "la insoportable... etc. :
“Porque es precisamente así como se componen las vidas humanas.
Se componen como una pieza de música. El hombre, llevado por su sentido de la belleza, convierte un acontecimiento casual (…) en un motivo que pasa ya a formar parte de la composición de su vida. Regresa a él, lo repite, lo varía, lo desarrolla como el compositor el tema de su sonata (…) Sin saberlo, el hombre compone su vida de acuerdo con las leyes de la belleza aún en los momentos de más profunda desesperación.
Por eso no es posible echarle en cara a la novela que esté fascinada por los secretos encuentros de las casualidades (…), pero es posible echarle en cara al hombre el estar ciego en su vida cotidiana con respecto a tales casualidades y dejar así que su vida pierda la dimensión de la belleza”
Por si alguien algún día llega a este blog, y quiere buscar la cita: página 60 de la 28º edición de Tusquets Editores, S.A, Barcelona, 2007.
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